La costa de Santander es tan bella, variada y extensa que vale la pena recorrerla. Un buen punto de partida es el Centro Botín, no muy lejos de la catedral. Es un edificio muy moderno, y que encaja perfectamente con la imagen de la ciudad y el puerto. Junto a un pequeño y floreado parque, se eleva desde el agua la enorme construcción de vidrio que parece que flota en el aire. Debajo de ella, numerosos pescadores lanzan sus cañas. Desde la azotea del edificio se puede disfrutar de excelentes vistas y las obras de artistas famosos que se exponen en su interior convierten a este centro de arte en un referente de la ciudad.
Puedes continuar tu recorrido - opcionalmente en bicicleta o en coche de alquiler por la Avenida de la Reina Victoria - hacia la playa y la Península de la Magdalena, a lo largo del puerto. La guinda del pastel: las verdes montañas siempre brillan al fondo de la bahía de Santander creando una panorámica perfecta. Poco antes de que comiencen las interminables playas de arena, se encuentra el "Museo Marítimo del Mar Cantábrico" que alberga un enorme esqueleto de ballena. Esta entretenida exposición combina la historia marítima local y un acuario.
La Playa de los Peligros, la Playa de la Magdalena y muchas otras preciosas playas de la ciudad te invitan a relajarte escuchando las olas del mar. Santander tiene, además, la famosa Playa del Biquini, cuyo nombre no es casualidad, ya que se dice que es aquí donde se vieron los primeros bikinis en España.
Por último, el Palacio de la Magdalena se eleva sobre una colina. Este palacio de verano construido para la Reina Victoria Eugenia y su marido parece sacado de un cuento de hadas. Las vistas desde allí son fantásticas. Podrás observar y fotografiar el Faro de Mouro. Y si continúas por la carretera, encontrarás un zoológico al aire libre y un museo, así como más parques y playas.